La ratificación de firmas en un documento donde las partes acuden a reconocer la autenticidad y validez legal del mismo. Consiste en autentificar que las firmas plasmadas en el documento son genuinas y fueron realizadas voluntariamente por las personas cuyos nombres aparece.
Para ratificar una firma, se requiere la presencia de un notario público o un funcionario autorizado. El notario verifica la identidad de los firmantes, asegura que comprenden el contenido del documento y observa las firmas en su presencia. Luego, el notario coloca su sello y firma en el documento, certificando la autenticidad de las firmas.
Los documentos que pueden ratificarse ante notario son todos aquellos a los que se quiera dar autenticidad y dotar de una fecha cierta. La ratificación de firmas es esencial en contratos, poderes, venta de automóviles, renuncias de trabajadores, testamentos y otros documentos legales para evitar fraudes y disputas. Requiere, entre otras cosas, el pago de un impuesto.